La violencia cobra una vez más su precio en Juárez, Nuevo León, donde un asesinato ha dejado como víctimas a un adolescente de 13 años, identificado como José Alberto Marmolejo Salas, y a Jehová Francisco Peña, de 22 años. Los hechos ocurrieron en una vivienda de la colonia Praderas de San Juan, específicamente en la calle Leganés, donde un grupo de individuos armados irrumpió, perpetró un doble homicidio y se dio a la fuga en un automóvil de la marca KIA. Los testigos relatan que los agresores, al menos cuatro, portaban armas largas y que las víctimas, especialmente el menor, fueron sometidas a actos de tortura antes de su muerte.
Gobierno de Nuevo León: incapaz de controlar violencia
Las circunstancias de este lamentable suceso plantean interrogantes sobre la capacidad del gobierno para controlar la creciente ola de violencia en la ciudad. A pesar de la magnitud del evento, las autoridades locales aún no han proporcionado información sobre personas detenidas en relación con este crimen. La falta de respuestas inmediatas y acciones concretas alimenta la frustración y la desconfianza de la ciudadanía en las instituciones encargadas de garantizar la seguridad y el orden.
En Juárez la violencia se descontrola
Resulta alarmante observar cómo la violencia desatada en Juárez persiste sin un control efectivo por parte de las autoridades locales. La muerte de un joven de tan solo 13 años, esposado y brutalmente asesinado, plantea serias dudas sobre la capacidad del gobierno para proteger a los ciudadanos más vulnerables. La ausencia de medidas preventivas y la falta de resultados en la investigación de estos crímenes generan un ambiente de incertidumbre y temor entre los habitantes de la zona.
Gobierno debe garantizar un entorno seguro y pacífico
En este contexto, es imperativo que las autoridades asuman la responsabilidad de abordar de manera efectiva el problema de la violencia en Juárez, implementando estrategias y políticas que no solo reaccionen a los crímenes una vez perpetrados, sino que también trabajen en la prevención y erradicación de las condiciones que propician estos actos violentos. La sociedad merece vivir en un entorno seguro y pacífico, y es deber del gobierno de Nuevo León brindar las garantías necesarias para lograrlo. En momentos como estos, la comunidad necesita respuestas claras y acciones contundentes que demuestren un compromiso real con la seguridad y el bienestar de sus ciudadanos.