Tupperware Brands se prepara para la quiebra tras una lucha por mantenerse activa en el mercado.
Tupperware no logró cumplir con los términos de su deuda, que asciende a 700 millones de dólares. Esta noticia provocó una caída del 50% en el valor de sus acciones en la bolsa de Nueva York.
Tupperware se fundó en 1946 y rápidamente ganó fama por su innovador método de ventas conocido como “demostración en casa”. A lo largo de los años, la red de ventas de Tupperware se fortaleció, y hasta el 2022, se estimaba que más de 300 mil vendedores independientes formaban parte de su fuerza laboral en todo el mundo. Este modelo no solo permitió a la marca llegar a miles de hogares, sino que también proporcionó oportunidades de ingresos a personas de diversas comunidades.
Sin embargo, el auge de las ventas en línea y el cambiante comportamiento de los consumidores hacia el e-commerce afectaron el modelo tradicional de Tupperware, que ha luchado por adaptarse a las nuevas tendencias de compra digital. En un intento por adaptarse a las nuevas tendencias de consumo, la compañía también ha implementado la venta en línea y mantiene algunas tiendas físicas.
En junio de este año, Tupperware ya había mostrado señales de su deterioro financiero al anunciar el cierre de una fábrica ubicada en Carolina del Sur, Estados Unidos. Este cierre implicó el despido de cerca de 150 empleados, lo que marcó un punto crítico en la empresa.
Además, la compañía llevó a cabo una serie de cambios en su estructura ejecutiva con la esperanza de corregir el rumbo. No obstante, Tupperware continúa enfrentando grandes desafíos financieros con y la presión creciente de los acreedores, la empresa parece estar encaminada a la inminente declaración de quiebra.
Esta situación marca un hito en la historia de una marca que durante décadas fue un referente en el sector de productos para el hogar, pero que ahora lucha por sobrevivir en un entorno de competencia feroz y rápida transformación digital.